06 agosto 2009

Hiroshima: hace 64 años en un día como hoy

mañana del 6 de agosto de 1945,eran las 8:15, el bombardero norteamericano B-29,“Enola Gay”, al mando del piloto Paul W. Tibblets, lanzó sobre Hiroshima a "little boy", nombre en clave de la bomba de uranio-235.


Un ruido ensordecedor marcó el instante de la explosión, seguido de un resplandor que iluminó el cielo. En minutos, una columna de humo color gris-morado con un corazón de fuego (a una temperatura aproximada de 4000º C) se convirtió en un gigantesco “hongo atómico” de poco más de un kilómetro de altura.
Uno de los tripulantes de “Enola Gay” describió la visión que tuvo de ese momento, acerca del lugar que acaban de bombardear: “parecía como si la lava cubriera toda la ciudad”.
Descripción de un sobreviviente:"Veía desfilar delante de mí sombras humanas que parecían una procesión de fantasmas. Algunos expresaban un dolor indescriptible y avanzaban con los brazos separados del cuerpo y balanceando los antebrazos... las calles silenciosas, estaban pobladas sólo de cadáveres. Esta masa inmóvil tenía es aspecto de haber sido congelada por la muerte en medio de su huida...Hiroshima ya no era una ciudad, sino un desierto de fuego, todo había sido devastado” M. Hashiya, Diario de Hiroshima, 6 de agosto de 1945.

Los móviles, por supuesto, fueron políticos. Se buscaba la rendición total del Japón antes de que la Unión Soviética entrara de lleno a la guerra en Asia, y el país socialista fortaleciera su posición sobre esta zona. Estados Unidos sabía que si usaba la bomba atómica no sólo incidiría determinantemente sobre la guerra, con el resultado a su favor; sino que la posesión de un arma con la capacidad de exterminio de una bomba nuclear lo colocaba a la cabeza de las naciones del mundo. El uso de la bomba fue una demostración de poder tan efectiva, que sus efectos disuasivos se han prolongan hasta nuestros días

Las bombas nucleares devastaron Hiroshima y Nagasaki. Sin embargo, los efectos del bombardeo sobre cada ciudad no fueron iguales: la situación geográfica de cada lugar influyó sobre el grado de destrucción. En Hiroshima, emplazada sobre un valle, las olas de fuego y radiación se expandieron más rápidamente y a mayor distancia que en Nagasaki, cuya orografía montañosa contuvo la expansión de la destrucción.

No hay comentarios: